domingo, 5 de febrero de 2012

por eso es tan natural querer querernos

Caminaba por el mar, podía parar el tiempo, acelerar, repetir, con un simple movimiento. Podía quitarme la vida y nacer de nuevo. [...] Era perfecto, como si de un cuento se tratase, podía hasta crear un defecto, por si lo perfecto me asustase. El hecho es que por un instante entré en razón, y no estaba soñando, estaba haciéndote el amor. [...] Y mis labios escalaban tus cordilleras, y unidos más que Pangea me acelerabas el miocardio. Besaba yo tus pies para estar en tus huellas. Mi lengua rozaba tus piernas y entre ellas. Y así, peleabas por el derecho en que posición ver las estrellas. Podías reír, sudar, gemir, hablar, para explicarme por qué parecía que ibas a llorar. [...] Fue plenitud lo que sentí, estando dentro de ti, bailando por dentro de tu cuerpo. Algo tan simple como que yo voy en ti y tu vas en mí, como dos piezas que encajan perfecto. Y aunque hay seis mil millones de humanos tú y yo, somos una especie que murió hace tiempo...
Se me olvidó decirte,
que me encantó hacerte el amor.

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