sábado, 28 de enero de 2012

Esboza una leve sonrisa y se me acerca. Luego se deja besar suave, tierno y caliente, tranquilo. Se deja besar, sí, y besa él también, entra y sale entre mis labios con atención, con esmero, con pasión. Abro los ojos un instante y le veo navegar así, tan cerca de mi cara, tan entregado, tan partícipe, tan empeñado. No, esta vez no hay bromas escondidas en sus bolsillos. Vuelvo a cerrar los ojos y me dejo ir con él. Viajamos juntos, pequeños surfistas de nuestra propia ola, blandas lenguas, mano sobre mano, que, riendo se empujan para cogerse otra vez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario